Pese a que en el Clásico Nacional el principal invitado no llegó, eso no impidió que la gente en las gradas alentara a ambos equipos para tratar de impulsarlos por el gol que les diera los tres puntos.
El estadio AKRON con su capacidad casi al límite (entraron 42 mil 650 aficionados), fue testigo de un partido sumamente disputado, emocionante y reñido. La afición rojiblanca estuvo a la altura apoyando a sus jugadores desde el comienzo, cuando los recibieron con un tifo que tenía la leyenda “Sigo siendo el rey” y a lo largo de los 90 minutos,.
En este encuentro, los aplausos de la parcialidad del Guadalajara se los llevó Raúl “Tala” Rangel, quien con sus oportunas intervenciones ante los embates azulcremas arrancó suspiros y alivió a más de un aficionado al alejar todo peligro y ser el jugador clave que consiguió que el Rebaño se quedara con un punto a favor, aunque no lo suficiente para mantenerse al menos en zona de Play-In.
Las conclusiones por parte de los seguidores al Rebaño, en su mayoría, se resumieron a que el equipo se mostró más competitivo ante las Águilas y que, manteniendo este nivel, las Chivas podrían regresar a la zona de clasificación.
“Fue un compromiso un tanto complejo. Llegábamos en calidad de víctimas, pero supieron encarar al América con categoría. Aún falta trabajar la zona del ataque, pero confiamos en que el equipo levante y se recupere para volver a los puestos de liguilla”, expresó el señor Luis Ruiz.
Alrededor de la casa de las Chivas se reportaron algunos conatos de bronca entre aficionados de los dos conjuntos, no obstante, las autoridades pudieron dar solución para que no pasara a mayores.
LA VOZ DEL EXPERTO
Chivas terminó equilibrando
Eduardo Macías, director técnico y analista
Después de una serie de tres partidos contra América, Chivas encontró una apuesta balanceada para contrarrestar a los azulcremas en el estadio AKRON.
Al inicio del encuentro fue notorio el enfoque de Chivas en salir a presionar en tres cuartos de cancha al América, con sus líneas más compactas en relación a los partidos anteriores, donde quedaba muy amplio por el centro del campo.
Fernando González, con un notorio esfuerzo físico y lectura de partido, cortó el juego de Álvaro Fidalgo en la media cancha, labor que compartió con Fernando Beltrán, Roberto Alvarado y Erick Gutiérrez, ya en el segundo tiempo.
La zaga del Guadalajara fue más oportuna para interceptar los pases dirigidos a Henry Martín, mientras que Alan Mozo dio un enfrentamiento épico con Julián Quiñones, quienes se llevaron al límite durante todo el partido, a veces era superior el americanista y luego el rojiblanco daba una buena marca.
Por su parte, el juvenil arquero rojiblanco, Raúl “Tala” Rangel contuvo las acciones más importantes para el América para fortuna del Rebaño Sagrado.
En su ataque, el Guadalajara careció de asociación para generar opciones más claras, pues hasta el ingreso de Ricardo Marín, en el segundo tiempo, los movimientos ofensivos del Rebaño fueron intentos aislados de Cade Cowell, Roberto Alvarado, Isaac Brizuela y Javier Hernández, éste último acusando una importante carencia de ritmo de juego todavía.
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